martes, 15 de septiembre de 2015

Stairway to heaven (Una escalera al cielo)

Stairway to heaven

No era un faro, no era una torre, es una espiral que me llevará al primer nivel del infierno, no dejo de sangrar, mi heridas palpitan, como si quisieran hablarme, tengo que ignorar el dolor y continuar, me arranco unas cuantas plumas de mis alas y me creo unos vendajes.

¿Cómo te encuentras Ariel? me pregunta la armadura.

Sigamos adelante, le digo.

Empiezo a bajar por la espiral,  intento apoyarme en la pared, parece que el corte en mi pierna es más grave de lo que creía, cierro los ojos y continúo descendiendo, puedo ver el rostro de Nirvana, recordar la dulce caricia que es su voz, sus ojos llorosos y asustados el día que la dejé con Jafet, la ternura que creó en mi alma, no puedo fracasar, le prometí mi vida y se la voy a dar, la voy a salvar.

Hemos llegado Ariel, el primer nivel del infierno, la prisión, me dice.

No quiero abrir los ojos, no quiero dejar de verla, me digo. Voy a por ti Nirvana, puedo sentir tu corazón como si fuese mío. Me arrodillo, aprieto con fuerza mis vendajes y empiezo a correr gritando su nombre.

!ADÁN! !ADÁN!

Destruyo puertas, destruyo paredes. el corazón de Nirvana me indica el camino.

!Alto Ariel!, me dice la armadura frente a un gran portón negro.

Nirvana está dentro, le digo.

Lo sé, pero también está Adán, me dice.

No me importa, le digo y de un puñetazo parto el portón en dos.

Nirvana...

Está amarrada de pies y manos con cadenas encima de un trono. Corro a por ella con lágrimas en los ojos, cuando estoy a punto de volver a rozar su piel un puñetazo me regresa por donde vine.

Pensabas que esto iba a ser así de fácil estúpido guardián, escucho una voz tan siniestra que eriza mi piel.

Es gigantesco, con apariencia humana, pálido y con el cabello largo y negro, una especie de taparrabo blanco es lo único que lleva.

!De verdad creías que podías entrar en mi mundo y todo iba a ser tan fácil!, empieza a gritarme mientras camina hacía mí  golpeándose el pecho.

Me levanto rápidamente y adopto mi posición para la batalla.

NADIE VA A DETENERME, NADIE, se acerca gritando Adán.

Su puño es tan grande como mi torso, de un salto intento esquivarlo y alejarme de él pero me engancha del tobillo y cruza mi cuerpo hasta el otro lado de la sala estampándome contra la pared... no puedo rendirme, me limpio la sangre de mis ojos y usando el báculo de la resurrección como una muleta intento ponerme de pie.

Voy a terminar con esto, dice Adán y se acerca al trono y saca dos espadas.

Mis alas están cubiertas de sangre, la herida de mi pierna derecha apenas me deja ponerme en pie, levanto la mirada agitado, siento como la tierra tiembla a cada paso que da Adán acercándose a mi. La armadura... ¿Qué le pasa?

No estás solo Ariel, no estás solo, me dice y empieza a brillar con una luz cegadora.

La armadura abandona mi cuerpo y puedo distinguir una silueta a mi lado dentro de esa luz.

¿Te acuerdas de mi Adán? Tú y yo tenemos una cuenta pendiente...

¿Quién eres? pregunto confundido.

Lo has hecho muy bien Ariel, ahora ve a salvar a Nirvana, yo me encargo de Adán, me dice tendiéndome la mano.

¿JESÚS? IMPOSIBLE, TÚ ESTABAS MUERTO, YO TE ASESINÉ, GRITA ADÁN ENFURECIDO.

¿Jesús? pregunto asombrado.

No pierdas el tiempo Ariel, salva a Nirvana, me dice y levantando la mano el báculo me abandona.

NO ME IMPORTA CUANTAS BASURAS PIENSA ENVIAR DIOS PARA VENCERME, NADIE PUEDE DETENERME, grita Adán.

Arrastrando la pierna intento acercarme al trono para salvar a Nirvana.

AÚN NO HE TERMINADO CONTIGO GUARDIÁN, grita Adán y se proyecta sobre mi.

Levanto mi brazo para intentar defenderme pero aparece Jesús y de una patada arroja Adán contra la pared.

Sigue no te detengas, me dice.

Nirvana está inconsciente, con las últimas fuerzas que me quedan rompo las cuatro cadenas con mis manos, uso mi cuerpo para amortiguar la caída de Nirvana y el golpe la despierta.

¿Ariel?... sabía que ibas a venir por mi, me dice llorando  y me abraza.

Te lo prometí ¿no?, le digo con una sonrisa adolorida.

LLEVATELA DE AQUÍ ARIEL, me grita Jesús mientras lucha contra Adán.

Vas a tener que ayudarme Nirvana, ayúdame a ponerme de pie, le digo con la respiración agónica.

Puedo sentir tu dolor Ariel, perdóname por todo esto, me dice llorando mientras ve mis heridas y mi cuerpo ensangrentado.

Lo más importante eres tú, le digo y apoyándome en ella caminamos hacía la espiral.

NO TE PREOCUPES POR MI ARIEL, SÓLO HUYE CON NIRVANA, me grita Jesús.

NO SE VAN A MARCHAR A NINGÚN LADO, grita Adán y empieza a correr detrás de nosotros.

NO TE DETENGAS ARIEL, HUYEEEEEE, me grita Jesús que se coloca detrás de Adán y lo sujeta de la espalda.

SUÉLTAME, SUÉLTAME, escucho Adán gritando mientras golpea a Jesús con el codo en la cara.

!Jesús! grito.

HUYEEEEEE, grita Jesús aguantando los golpes.

¿Crees que esto puede detenerme estúpido? le dice y Adán se traspasa el estómago con una de sus espadas y alcanza a herir a Jesús.

Se arranca la espada del estomago y empieza a correr hacía nosotros, miro una vez más a los ojos a Nirvana.

Huye, le digo y la empujo.

Justo cuando me doy la vuelta Adán clava sus dos espadas en mi estómago y me levanta en el aire, grito de dolor y escupo sangre. Adán empieza a sacudirme en el aire mientras se ríe, mi sangre mancha sus labios y la saborea con su lengua.

Te dije que no iba a ser tan fácil, me dice y empieza a reírse.

Sólo puedo escuchar los gritos de Nirvana llamándome.

Baila para mi, baila, me dice Adán y me sigue sacudiendo en el aire.

Regreso la mirada por última vez para posarlos en el rostro de mi Nirvana.

Después de divertirme con ellos te toca a ti, lo vas a pasar muy rico, le dice a Nirvana.

!HASTA MI ÚLTIMO ALIENTO ES TUYO! le grito a Nirvana.

De mi espalda saco mis sais y atravieso la cabeza de Adán en forma de cruz. Caigo al suelo y el cuerpo de Adán empieza a desintegrarse, a volatilizarse en un humo negro. Mi visión está borrosa, puedo ver como Nirvana corre a socorrerme. En el suelo levanto mi mano e intento acariciarle el rostro por última vez.

Ariel, Ariel, no pienso perderte Ariel, Ariel, quédate conmigo Ariel, quédate conmigo, escucho su voz.

Empiezo a sentir una dulce calidez en mis labios.

!PADRE! !PADRE! ¿POR QUÉ NOS HAS ABANDONADO? escucho gritar a Jesús.

El techo empieza a crujir y de una inmensa grieta baja una escalera de cristal. Una escalera al cielo. 

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