miércoles, 29 de julio de 2015

Horror

Mi piel se eriza al ritmo de su voz, mi respiración se agita a cada paso que da, ¿El armario será un buen sitio para esconderme? no, la última vez no tardó nada en encontrarme, ¿Debajo de la cama? es muy obvio. Mis labios empiezan a temblar, un tráfico de emociones anudan y secan mi garganta. Aún están cicatrizando las heridas de la paliza anterior, el pomo de la puerta de mi habitación empieza a girar, ¿Con que piensa pegarme esta vez? aún recuerdo el cable de la plancha, lágrimas empiezan a recorrer mis mejillas, las bisagras de la puerta rechinan avisándome del infierno que se aproxima. Estoy tan aterrada que no puedo levantar la vista, si existe Dios está claro que se ha olvidado de mi, puedo percibir la peste alcohol que desprende, ¿De que sirve rogar? ¿De que sirve llorarle diciendo que se detenga? Lo he hecho tantas veces. Me coge del pelo y me tira contra la cama, abro los ojos y veo como se acerca desabotonándose el pantalón, antes de volver a cerrar los ojos y rendirme ante él como todas las noches... veo una ventana abierta, es mi única solución, me digo lanzándome al vacío.
 

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