lunes, 10 de agosto de 2015

Los tres reyes magos (Magalath, Serakin y Galgalath)

Introducción al Infierno

Después de la primera colisión y con un Adán débil y cansado, Dios creo la prisión donde lo encerraría de por vida. Ni con la muerte de Jesús Dios fue capaz de asesinar a Adán, gracias a la maldad del mundo el poder de Adán se iba alimentando poco a poco, llegó apoderarse de la prisión donde fue condenado, Corrompió a todos los guardianes con la ayuda de Lucifer (primer juez del cielo) asqueado de las mentiras de Dios. El infierno se encuentra tres universos por debajo de la tierra y la única entrada es lanzarte por el pozo de Darvaza.

El infierno

Está lloviendo, el fuego es vivo e inquietante.

Déjate caer Ariel, no tengas miedo, la tierra se abrirá ante tus ojos, me habla la armadura.

Me dejo caer por el pozo, en sus llamas puedo ver el rostro de almas condenadas. La tierra se abre ante mis ojos y la oscuridad me devora, se pueden escuchar gruñidos, gritos, la pestilencia de los podridos es irrespirable.

Sólo hay destrucción y dolor, un puente enorme con un lago de fuego de donde salen torsos de almas condenados a sufrir por la eternidad.

Parece que te has perdido guardián, me grita una legión de podridos que me esperan al final del puente.

No tanto como lo están ustedes, les digo y corro hacia ellos.

Intentan romper el puente.

No tengo tiempo para perderlo con basura, grito y salto sobre ellos. Levanto mis brazos y ante la vista de los podridos vuelvo a gritar:

!ENTREN EN LA LUZ!

De mi armadura irradio una energía y una luz tan poderosa como la del Sol.

Basura, me digo mientras las cenizas de los podridos rozan mi rostro.

Hay una entrada cubierta de cabezas humanas que se mueven, me miran, mueven la boca como si intentasen decir algo.

Estos son los dominios de los que en vida fueron los reyes magos, Magalath, Galgalath y Serakin, ve con cuidado, me advierte la voz que vive en mi armadura.

Bajo unas escaleras que flotan en el aire, el lugar está decorado de cabezas humanas, se pude sentir su llanto y su plegaria...

Debimos matarlo cuando tuvimos oportunidad, era sólo un bebé, escucho una voz a lo lejos, casi un murmuro.

Voy bajando y puedo distinguir tres voces distintas.

Tres arcángeles lo protegían, al menos matamos al pesado de su padre, estúpido humano.

Que más da si no lo matamos, han pasado siglos y siguen hablando de la misma mierda, Adán se encargó de matarlo.

Shh, huelen eso, huele a guardián...

Cállate Magalath, eso es imposible...

Cállate Serakin, yo también puedo olerlo...

Es verdad...

Mientras bajo los miro fijamente, es una criatura horrible, un gigante de tres cabezas, el torso desnudo y cubierto de cicatrices, ojos escarlatas y colmillos del tamaño de mi brazo.

Hace mucho que no pruebo la carne de un guardia, parece delicioso, habla una de las cabezas.

Si fuese tú mantendría la boca cerrada, le digo sujetando el báculo de la resurrección.

Una carcajada estruendosa acalla los llantos de las almas condenadas.

Así que el todo poderoso Dios manda a un sólo guardián, ¿Tú eres la esperanza del cielo? se preguntan las tres cabezas y vuelven a reírse.

Paso a paso y sin vacilar me acerco hasta ponerme delante.

Apestan a mierda, les digo.

Tienes la lengua muy larga guardián, me dice la cabeza del medio e intenta atacarme.

De un salto esquivo su puño que se estrella contra el suelo, golpeo el báculo en mi rodilla y le corto la cabeza con expiación, chorros de sangre salen del cuello, la risa burlona en pocos segundos se convirtió en gritos de dolor.

¿Ya no nos reímos tanto? les digo con una sonrisa.

!Serakin no!, se lamentan.

Me acerco a la cabeza que yace en el suelo tiñéndolo de rojo y lo atravieso con expiación.

Esta cabeza como todas tus extremidades me pertenecen, le digo.

Es tan letal, el corte es tan limpio y suave, en pocos segundos lo he descuartizado.

¿Qué pasó? le digo arrodillado a una de las cabezas que he dejado en el cuerpo.

¿Qué clase de monstruo eres? me dice horrorizado y escupiendo sangre.


Y me lo dices tú, le digo riéndome y lo termino clavándole a redención en la frente. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario