Veintiséis y tengo la extraña sensación de analizarme, me
acerco al baño a paso vacilante, con miedo,
con el pulso trémulo giro el picaporte. Se preguntarán por qué el baño,
la respuesta es sencilla, es el único espejo que tengo en toda mi casa.
No quiero levantar la mirada, miro a los lados, veo que
realmente está sucio mi baño, una colección de pelos en la bañera que con
tristeza puedo asegurar que son míos, vivo solo, pegotes de dentífrico en el
lavabo, y no es porque me lave los dientes con asiduidad, a saber cuantos días
lleva ese pegote pernoctando en mi lavabo.
Insólitamente consigo reunir las agallas para levantar esa mirada
y ser victima de ojos más perturbados, más decepcionados que me han clavado.
Soy testigo de como mi reflejo sale del espejo, se postra a mi lado y
barriéndome con la mirada me dice:
Nos has jodido bien Ivancito.
Soy consciente de lo que asegura, realmente no he hecho las
cosas bien.
¿Ahora qué vas hacer? Has dejado el trabajo persiguiendo un sueño tan
imposible para ti, vas a perder el coche que le regalaste a tu madre, estás
ahogado en deudas Ivancito, ¿En qué cojones pensabas para jodernos así? me
pregunta con la mirada cargada de ira.
Me quedo en silencio, enmudezco ante sus aseveraciones tan
reales como mi falta de higiene.
No sabes que decir, ya no tienes todas las respuestas eh Sr. Quiero
escribir, que te pensabas, que habías nacido con una estrella tatuada en el
culo...
Quería hacer lo que realmente amo, le interrumpo gimoteando.
Llevamos juntos toda la vida Iván, y los dos sabemos que puedes plasmar
tus desabridas ideas sobre una hoja, pero nunca has ganado nada, no tienes el
talento para poder destacar en algo, escribes ciertas tonterías que publicas en
un blog y que la gente le da +1 por inercia, seguramente ni las leen Iván,
¿Hace cuanto tiempo que no te duchas? me pregunta decepcionado.
Más de dos semanas, le digo con la mirada derrotada.
¿Hace cuanto tiempo que no la metemos en caliente y disfrutamos comiéndonos un buen chochito? ¿Aunque sea pagando? me interroga.
¿Quién va a querer acostarse con éste amasijo de lamentos y
decepciones? le respondo con una pregunta.
¿Y quién tiene la culpa Iván? ¿yo? sólo soy la creación de tu desidia,
tú tienes el poder para cambiar todo esto.
¿Pero como mierda crees que me siento? Saber que nunca vas a conseguir
lo que sueñas porque no eres bueno para ello, no tienes talento...no tengo más
que mierda en las tripas, le digo abatido.
Das puta lástima Iván, ahogándote en tu inmundicia todos los días,
sintiendo pena por ti mismo todos los días de la semana, del mes, del año, te
has amarrado un bloque de hormigón al tobillo y te has lanzado al mar, así no
vamos a salir de éste pozo de frustración, me dice.
¿Y qué se supone qué tengo que hacer? Dame las respuestas tú que eres
tan inteligente, le contesto con agresividad.
¿Cómo puedes estar tan ciego? levántate y sé algo... o pretendes
hacerlo llorando en la frialdad de tu habitación o matándote a pajas viendo una
web con chavalitas que te enseñan el coño por unas cuantas monedas, puedes
engañar a todo el mundo Ivan, pero a ti mismo, imposible, me dice.
Es tan difícil... le digo abatido.
No te estoy diciendo que sea fácil, pero tú eres el arquitecto y el
albañil de tu destino Iván, el único que tiene la llave de ese grillete que
cargas eres tú, me dice.
Estoy tan solo, le digo llorando.
Lo sé, pero es el mundo que te has creado y es una batalla que sólo
puedes ganar tú, échale cojones, me dice y me da la espalda.
¿Ya te vas? le pregunto asustado.
Sí, es momento de marcharme Iván, es momento que vuelva al espejo, no
nos jodas más, me dice y lo vuelvo a ver en mi reflejo.
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